¡Hola tod@s!
¿Tu hijo/a es un "culo inquieto"? Hoy vamos a dedicar la entrada para hablar de los niños inquietos.
Los niños inquietos o mejor conocidos como niños terremoto, todoterreno, traviesos, liantes….pueden poner de cabeza a los adultos y sin embargo, en un grupo de niños suelen ganarse la simpatía y tomar el liderazgo. Siempre se tiende a decir que son niños "malos" y en la mayoría de los casos, no es así, simplemente son inquietos, pero no malos.
¿Cuáles son las características que definen a un niño inquieto?
- Están mas interesados en la acción y los resultados, que en sus emociones.
- Les gusta ser el centro de atención.
- Tienen mucha energía física y les gusta estar en constante movimiento.
- Quieren tener siempre la razón, y tienen tendencia a ser dominantes.
- Cuando están descontrolados suelen portarse mal, soltar palabrotas o empezar a amenazar a los demás.
- Tienden a la burla, especialmente de otros niños más lentos o menos capaces que ellos.
- Si no se “salen con la suya” pueden hacer grandes pataletas.
- Les cuesta trabajo centrarse en cualquier actividad que implique estar sentados y sólo escuchando.
Cuando tenemos un niño inquieto descontrolado, nos podemos sentir muy frustrados o preocupados al ver cómo se empeña en salirse siempre con la suya, cómo se mete en problemas, cómo rompe cosas, o por las constantes quejas en el colegio y/o de parte de otros padres.
Sin embargo, estos niños, por sus características, pueden llegar a convertirse en buenos líderes, con el debido a poyo de sus padres y/o profesores.
¿Porqué pueden llegar a ser buenos líderes? Son niños que no tienen miedo a decir lo que piensan, la vergüenza no es una barrera para ellos, toman acción y hacen que las cosas ocurran, cuentan con mucha energía, les gusta tomar responsabilidad, son naturalmente atractivos para otros niños/as.
Para poder convertirse en buenos líderes y ser una influencia positiva para los demás, tienen que ser, a su vez dirigidos y liderados de la manera que ellos necesitan.
Cómo liderar a un niño inquieto:
- Los niños inquietos respetan a un líder seguro de sí mismo y competente. Por ello, es importante que los padres y/o profesores procuren no mostrar debilidad, indecisión o inseguridad.
- Siempre tienen que saber de antemano cuál es el plan, cuales son las normas y quien manda.
- Podemos evitar llegar a los gritos y castigos cuando el niño tiene muy claro cuál es el “plan de acción” o lo que se espera de él y que tenga un líder en quien confiar.
- Es importante, escuchar su opinión, incluso tomar en cuenta sus sugerencias, pero debe tener claro que los que tenemos la última palabra somos los adultos.
- Es muy desgastante tanto para los padres como para el crío, sólo señalar de forma general lo que NO hace bien: “Mira cómo tienes tu habitación, es un desastre” “¿Porque siempre jugando a última hora? Siempre llegamos tarde por tu culpa” En lugar de esto, es mejor decirles de manera clara y directa lo que queremos de ellos.
Del descontrol al dominio propio
- Los niños inquietos tienen que tener claro donde están los límites, mas que cualquier otro niño.
- No es conveniente darle muchas opciones a elegir o que vea que cambiamos de opinión o que cedemos ante determinadas conductas.
- Necesitan mucha supervisión, normas, líderes y acción.
- Los deportes y los equipos supervisados son muy buenos para ellos.
- Tener mucha actividad diaria les agotará y hará que canalicen mejor sus energías y que puedan dormir bien.
- La clave para motivarles es darle un puesto de responsabilidad. Asignarles un papel de liderazgo con directrices claras, saca a relucir sus mejores cualidades.
- Cuando esté con un grupo de niños y queremos que coopere lo mejor es que sea el primero, hacer que ayude a otros o sea el encargado de algo, en la medida de lo posible.
- Aprenden mucho mejor participando y haciendo cosas, que escuchando.
- Quedarse un tiempo a solas, es una técnica que les ayuda cuando están descontrolados y necesitan una reorientación.
- El reconocimiento es algo muy importante para ellos, no olvidemos de felicitarle y reconocer sus logros.
Esperamos que os sirva de ayuda y recordar: Los niños inquietos, no son malos, solo son inquietos. ¿Qué os ha parecido? Acuérdate de dejarnos un comentario.
¡Nos vemos en la siguiente entrada!