Los deberes están causando bastantes quebraderos de cabeza en la actualidad, por eso hoy queremos dedicar la entrada a esta cuestión.
¿A favor?¿en contra? No es cuestión de blanco o negro. Este debate se está desvirtuando y en lugar de ser una discusión enriquecedora que nos lleve a la reflexión y al consenso, se está convirtiendo en una arma para separar a familias, alumnado y docentes.
En los últimos tiempos se ha observado que el número de horas que dedican los niños/as a hacer los deberes está aumentando. Además, cada vez se empieza a mandar deberes antes, es decir, a niños más pequeños.
El exceso de deberes que los niños/as tienen que hacer en casa constituye una carga grande para muchas familias. Los deberes impiden, muchas veces, que el niño/a realice otras actividades importantes como jugar, estar al aire libre, pasar tiempo en familia, y se ha demostrado que el rendimientos de los niños empeora si a la jornada escolar se añade un exceso de tiempo para los deberes.
Según la OCDE, la media española de tiempo dedicado a tareas escolares es de 6,5 horas semanales en la E.S.O., pero hay niños que ya en primaria superan esa media, por lo que, un niño/a que dedica un tiempo excesivo a las tareas escolares, puede llegar a presentar síntomas de ansiedad y necesitar asistencia psicológica, a parte de la gran frustración que les supone.
Muchos padres reivindican la eliminación de los deberes, y apuestan por otro tipo de actividades de aprendizaje alternativas. Sin embargo, muchos defienden los deberes como una tarea esencial para reforzar y entrenar conocimientos.
A continuación analizamos los pros y los contras:
A FAVOR
Algunos conocimientos y aprendizajes se fijan mediante el entrenamientos. Cuando el niño ya sabe leer, sólo ganará en fluidez si se entrena, y se entrena leyendo. Lo importante es presentarlo como algo agradable, no como una obligación.
Los deberes también ayudan a desarrollar la capacidad de autonomía del niño y el sentimientos de responsabilidad. En el trabajo indivivual aprendemos y desarrollamos las habilidades de organizarse, ser perseverante, superar la frustración, plantearse retos, ampliar conocimientos, entrenar la memoria... Aunque, por supuesto, todo esto depende de la edad del niño. Debe ser algo progresivo.
EN CONTRA
Los deberes a corta edad están contraindicados. Con 4 años hay muchos espacios de aprendizaje para compartir, pero de disfrute: desde la lectura hasta el parque, en donde se aprenden muchas cosas. No tienen por qué ser las fichas la forma en la que el niño pueda aprender fuera. A veces incluso tienen el efecto contrario: los niños al verlo como una obligación, no lo ven como algo placentero. A esta edad es mejor utilizar otras herramientas, como los cuentos, que sirven para estimular el lenguaje, la comprensión, la memoria...
Además los deberes, visto como una obligación, pueden generar en el niño el efecto contrario, el del estrés y el rechazo.
Esta claro que todos los extremos son igual de malos, lo bueno seria encontrar un equilibrio, como en la mayoría de las cosas de la vida, quizá deberíamos tomarnos unos minutos para reflexionar, porque como hemos mencionado anteriormente, las cosas no son negras o blancas.
A continuación, te dejamos el enlace de un artículo del periódico ABC sobre este tema, el cuál incluye argumentos a favor y en contra desde la visión de un profesional. "Deberes escolares: sí o no".
y tú, ¿qué opinas sobre los deberes? Es un tema que da mucho de sí, déjanos un comentario con tú opinión, estamos deseando conocerla.
¡Hasta la siguiente entrada!
¡Un saludo amig@s!
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